La última noche en Marbella

Diarios del carrocasa

Junior amaneció casi como si lo hubiera lavado, mejor de hecho, bañado por la Pachamama. 

Bella Marbella

5/5/19

Amanece claro y despejado, cielo azul y aire fresco. Hay bichos por todo lado. Caen abuelitas rojas (hormigas voladoras gigantes) llueven desde el cielo y caen a la tierra y al mar. Cumplieron su misión de vida anoche, y hoy se dejan caer desde las alturas para volver a ser parte de la tierra y el agua. 

Afuera frente a la van un barreal. 

Pájaros cantan, hay muchos cangrejos de halloween (Gecarcinus Quadratus) y la vida vibra de alegría, recargada por la lluvia. 

Junior amaneció casi como si lo hubiera lavado, mejor de hecho, bañado por la Pachamama. 

Ayer estaba sentado en el sillón y me dí cuenta de que El Coyote (kayak anaranjado que tengo en La Casona) tal vez cabe aquí dentro, creo que sí… Antes solo había pensado: qué lástima que no puedo llevarlo arriba… Poco a poco, voy abriendo la mente. Es que esas bahías del norte con sus aguas tranquilas y hermosas vistas me dejaron enamorado y con sueños y deseos de navegar. 

— Ahhh =) deliciosa siesta en maca al medio día.

Pasa una gente que vino a la playa en un camión lleno de melones y por alguna suertuda razón deciden tirar los melones dañados al lado del camino. Apenas se pierde de vista el camión voy a ver qué tal están porque la fruta sería muy bienvenida en mi dieta. En la búsqueda del tesoro me encuentro con el wachiman que aparece los domingos. Él también vio la oportunidad dorada y sabe aún mejor que yo que hay que ganarle a los garrobos si queremos salvar algo. Encontramos un par de melones casi perfectos cada uno y nos devolvemos felices a comerlos. Increíble pero cierto. Las cosas llegan de formas inesperadas. ¡Gracias por los melones!

Quiero hacer una cuchara con filo, especialmente para comer melón, pero servirá para mucho más.

Curiosamente siempre que trato de moverme o hacer algo en Marbella ya es domingo, y normalmente en la tarde, entonces termino no haciendo nada porque a esa hora todo está cerrado y hay mucho movimiento en los caminos. 

— 4 de la tarde, todo lavado y la botella llena, se acabó el agua. El reservorio (echado en Junior) dura un día completo (24 hrs).

Encuentro un hueco en una cerca y me voy a caminar, a explorar tierra adentro. Me quedo viendo un inmenso árbol mágico y mientras me baño en su anciana sombra, de su copa sale un congo que me empieza a cantar. 

El bosque sabe rugir.

Encuentro un rancho abandonado y me entrego a la práctica del yoga. Ahhh, la perfecta terapia, unirse con el universo, uno con todo. ¡Qué falta me hacía! Debería/quiero practicar más temprano en el día. Me cae muy bien en la mañana, siempre me cae bien, pero en la mañana, ¡ahhh, qué delicia! Yoga y meditación vipassana y quedo puro mindfulness todo el día.

Esta noche fui al Tiki Hut como cena de despedida y me comí una hamburguesa y un batido. Tienen los mejores batidos de frutas. Compartí mucho con Norlan y Toño, super buen ride, me pasaron volados de la zona y de San Juanillo. Me hicieron un descuento de compas que fue una bonita sorpresa y lo agradecí mucho a la hora de pagar la cuenta. 

Fui a caminar un rato y por la marea baja se veían las estrellas reflejadas en el agua, cielo estrellado esta noche, doble dosis. Volvió a brillar el paseo estrellado. Voy a dormir y descansar delicioso, porque estoy agotado. 🙂

¡Visita!

Diarios del carrocasa

La próxima noche así me paso a dormir a la maca. 

Bella Marbella

2/5/19

La visita de Veto me llenó el corazón de alegría. ¡Qué bendición tener buena compañía! 

Hoy fui al outer reef amigable y desde el longbough rideando una ola vi la majestuosa y oscura silueta de un tiburón. Naturalmente me dio un boost de adrenalina y me recordó como todo cambia mar adentro.

¡Ahhhh! ¡Qué rico que se escribe con este lapicero! 

Ayer con Veto compartimos un atardecer glorioso y aunque las condiciones del surf no estaban ni cerca a perfectas (o nuestra idea fijada de estas) a la misma vez esa fue la perfección de la sesión; surfeamos solos, todo Marbella para nuestro disfrute. Post surf mientras caía la noche Veto invitó a unos deliciosos batidos de frutas frescas del Tiki Hut y yo hice una pasta con aceite de oliva, sal y pimienta. De postre comimos más canelitas de la Panadería Alemana calentadas al fuego del horno (en el yodo de la tarde ya nos habíamos comido unas). 

El Veto además me trajo grasa para ponerle a Junior y baterías con buena carga pal headlamp. 

Hoy le puse la grasa a la puerta corrediza (la principal) y Junior María parece cantar y la puerta bailar cuando la abro y la cierro y eso me alegra porque antes parecía llorar, chillar y gritar. Estoy muy feliz y agradecido por la visita de Veto. ¡Ah, y anoche también vimos a las chicharras salir de la tierra, escalar, romper su caparazón, crecer alas y salir volando a la negra noche!

Otra visita aunque no necesariamente a mí, pero compartimos bastante, fue la de Willy, el español de País Vasco. Jugamos ajedrez y ayer me dio unos limones a cambio de un par de cajas de leche pequeñas que yo andaba (¡regalo de los boricuas!). Hoy se animó a acompañarme en expedición a las profundidades y surfeó una ola en el outer reef amigable, muy alegre, luego siguió su camino hacia el sur.

Ayer la noche estuvo muy caliente y la verdad no dormí casi nada, por más que abrí cada vez más y más ventanas, pero bueno, gracias a eso me eché una gloriosa siesta hoy durante Los Calores

La próxima noche así me paso a dormir a la maca. 

Hoy hay más nubes que ayer y el onshore se metió más temprano. El viento ha empezado a rasgar el toldo de gangoche. Espero que aguante hasta el final del festival de yoga, y así será. 

Pura vida.

Hoy, viendo por mi ventana favorita me di cuenta de que el saco de gangoche blanco es la vela de mi velero. Estaba hinchado por el onshore y le puse un barquito de verde seaglass translúcido encima para ver si aguantaba el peso (el viento todavía era suave) y cuando lo sostuve pude comprender cómo era el viento el que estaba haciendo prácticamente levitar el seaglass. Lo puse, lo solté y simplemente se quedó flotando allí, montando el viento. Entonces fue que vi lo buena vela que es el saco de gangoche. Pienso arreglarlo para usarlo más y después quiero ver si puedo comprar una buena vela vieja de velero para ir haciendo la nueva vela/terraza.

Cocos Nucifera, gracias. Esta palmera me da todo lo que necesito. Le tiré unos cocos y pipas viejas encima al toldo de gangoche y ya puedo ver el mar otra vez por la ventana. Antes cuando se inflaba la vela con el viento me quedaba sin vista… 

White Winged Dove, avistada afuera por la puerta de atrás. Voy a verificar con el libro cuando en eso pasan corriendo Hunter y Canela; los doberman negro y café locales que patrullan la playa y se encargan de que no haya mucho pájaro parado en la arena y la paloma sale volando.

¡Oh! Hoyo Negro. Hoyo Negro. Hoyo Negro. Hoyo Negro detectado en el closet/bodega arriba adonde tengo guardadas un montón de mis cosas. En el negro centro de la funda de cuero de la llanta de repuesto encuentro, hundidos en el olvido, fuera de vista y fuera de mente, el libro de pájaros, la guía de mariposas, y la de vida salvaje general. No las había visto desde hace rato. En algún momento las puse ahí y como no se ven me había olvidado casi por completo de su existencia. Ahí habían quedado todos estos días; flotando en la inconsciencia del momento en  el que las puse ahí. 

El Hoyo Negro, un lugar perdido en el olvido, en el vacío, en el presente…

Confirmado el avistamiento de White Winged Dove/Zenaida Asiatica. Las patas rojas, banda/línea blanca en el ala y rara forma de ojo fueron determinantes en su identificación.


13/5/19

Diarios del carrocasa

Dormí riquísimo y me desperté al amanecer, como de costumbre. Iba caminando por las rocas cuando avisté la Gran Garza Gris.* Salió de nadie sabe donde, flotó majestuosamente sobre el fresco aire de la mañana para cruzar la bahía, y llegó a descansar en el cucurucho de uno de los antiguos almendros de playa. 

Ahora me acuerdo que anoche me despertó un ruido extraño y cuando me asomé por la ventana a ver qué era me sorprendí bastante…

Era una tortuga! Se veía vieja y tenía conchas en la espalda, y no le molestaban los ladridos de Negro, quien ayer descubrí que también se llama “Sandal.” Glorioso nombre para quién vive sobre la arena y goza de comerse las cáscaras de huevo que quedan de mi desayuno todos los días.

Los caricacos y cangrejos se encargan de lo demás orgánico y les encanta el café. Los debe poner eléctricos… Ja!

Gloriosas olas entran a la bahía, estoy enamorado del mar, la tierra, y esta vida.


*(Ardea herodias)

Un momento al despertar

Diarios del carrocasa

11/12/19

Dormí delicioso aunque tuve muy extraños sueños…

Me levanté a caminar en un fresco amanecer nublado y su anaranjado se refleja en el perfecto espejo de la arena mojada de la marea ultra baja de la luna llena.

Me encanta ver las estrellas, el Sol y la Luna.

Frente al mar

Diarios del carrocasa

30/11/19

Una mariposa amarilla vuela frente a la inmensidad del océano.

El viento sopla del mar y trae noticias de frescura.

Las verdes plantas con flores moradas, el pasto salvaje y el verolís, todas bailan con la brisa.

El mar y las olas se alejan en la distancia, dejando un espejo de agua adonde el cielo baja a la tierra.

La piedra yace en la arena como una sirena varada, o más bien como una ballena. Totalmente descubierta, se seca al sol sus conchas mientras una magnífica fragata vuela en círculos sobre ella…

21/5/19

Ayer estaba caminando y me detuve un momento a contemplar la belleza de los árboles. En ese instante un profundo rugido reveló la presencia de los congos, que empezaron a aparecer en la copa de los árboles como por arte de magia…

Caminando por la playa al anochecer 

Escondo mis chanclas en el churristate y me voy a caminar, descalzo y despreocupado. Un constante viento con ocasional llovizna enfría todo lo que toca, excepto el mar. Cuando una ola me llega a los pies me sorprende lo calientita que se siente el agua, que delicia…

Sigo caminando y encuentro un pedazo de concha quebrada y su lado de adentro es el más liso que he sentido en mi vida. Exploro la arena y encuentro todo tipo de tesoros en conchas y piedras.

No dejan de sorprenderme con sus espirales perfectas. Espirales. Espirales. Espirales. Una a una las voy dejando caer de nuevo en la arena hasta que quedo solo, solo con los recuerdos… 

Bahía Garza

Nubes cargadas de lluvia.

Montañas rebosantes de verde.

El canto de los pájaros,

se mezcla con las olas.

 

Un viejo árbol aferrado al acantilado,

deja caer una flor blanca a mi lado.

Su dulce fragancia me llena de alegría.

Sonrío y doy gracias, por este día.

Huellas

Hoy vi al jinete solitario pasar bajo el gris de la mañana.

Siempre veía las huellas de su bestia, pero en dos semanas nunca lo había visto pasar. Algo así como las huellas de los caricacos gigantes…

Todo está cambiando.

Poco después de su paso por la playa hacia el sur pasó un perro, su fiel compañero, que había quedado rezagado ante una pequeña jauría que lo detuvo al borde del agua para cuestionarlo o saludarlo, pero rápidamente corrió para alcanzar al jinete, ahora no tan solitario, y completar el trío lleno de brío.