Primera lluvia

Diarios del carrocasa

Se viene otra época en la van.

El centro de la tormenta

4/5/19

Hoy amaneció gris y apenas goteando. 

Se van los campistas que eran mis vecinos de por ahí cerca.

Hoy vi al jinete solitario pasar bajo el gris de la mañana, siempre veía las huellas de su bestia pero en dos semanas nunca lo había visto pasar, casi como las huellas de los caricacos gigantes. Todo está cambiando. Poco después de su paso por la playa hacia el sur pasó un perro, su fiel compañero, que había quedado rezagado ante una pequeña jauría que lo detuvo al borde del agua para cuestionarlo o saludarlo, pero rápidamente corrió para alcanzar al jinete, no tan solitario pues iba en su caballo, y completó así el trío lleno de brío. 

Un día tranquilo, nublado, gris, perfecto. 

La llevo suave y me dejo llevar por el Tao, fluyendo con la naturaleza en vez de luchar contra ella, y todo es tan fácil. La sombra de las nubes, la suavidad del Yin y el sin-esfuerzo en las posturas, el olor a mar de la arena, los cangrejos y los caricacos. Suaves y frescas gotas de agua caen sobre mi espalda desde un cielo de tranquilidad, el murmullo de las olas, y la brisa acaricia mi piel. 

La gloria eterna. 

Feliz, feliz, feliz. 

La paz de la soledad, de poder fluir a nuestro propio ritmo en la magia del silencio. Disfrutar la eternidad del momento presente. Respirar la vida misma, llenarnos de ella, y dejarla ir. 

Sonreír. 

—Se acabó el agua del tanque principal. Son las tres y media de la tarde. Recién llené la última botella de agua. Ahora me queda solo el reservorio de 6 litros.

Cinco días sólidos me duró el agua. Vamos a ver el reservorio…

Todas las otras noches vi la tormenta desde la distancia, hoy parece que la estoy viendo desde adentro. La tormenta creció en forma de nubes negras aplomadas todo alrededor y muy por encima de Playa Coco, más alta que las montañas. Esta nueva cordillera que ahora domina el paisaje está a punto de venirse abajo. Rayos y truenos todo alrededor de la casa iluminan su densa oscuridad desde el interior y llenan el aire de retumbos. 

Una por una, caen las primeras gotas y luego por fin, llegó la lluvia. 

Estoy alegre por esta lluvia. Ayer y hoy los árboles de almendro de playa y las palmeras temblaban de la emoción en el viento con las primeras gotas furtivas, rebeldes, pioneras escapadas del cielo.

—Descubrí para qué es la agarradera que tiene la puerta principal por dentro, escondida detrás de las cortinas. Hoy en la mañana la estaba viendo y pensando que nunca la usaba. Ahora, en esta noche en la que ha llegado la lluvia cubierta por la oscuridad, entendí para qué es. La puerta tiene que cerrar bien para que no se meta el agua. Yo creí que eso solo se podía hacer empujándola desde afuera, como cuando Veto me la cerró antes de irse cuando me visitó y pasé mi única noche con la puerta bien cerrada, pero ya veo revelado otro misterio. Con la agarradera, que es dorada, antigua y está bien afirmada a la puerta, se puede hacer justo la fuerza necesaria para con un fuerte jalón cerrar bien desde adentro. ¡Gloria a Dios! Gracias.

Vi el rastro de una tortuga y el de una bici que saqueó su nido y no dejó ni un huevo. Las historias que cuenta la arena… ¿Será que tal vez los reubicaron a un vivero de tortugas? Voy a preguntar por ahí a ver qué averiguo.

Se viene otra época en la van. 

Vivir el cambio.

Ahora sí está lloviendo duro, torrencial, solo me queda una ventana que puedo tener abierta sin que se meta el agua…

Ya la tuve que cerrar. Sudando. El ventilador del parabrisas refresca bastante comparado a nada, por lo menos se mueve un poco el aire adentro, pero sigue bien caliente y tampoco lo puedo dejar mucho encendido sin comerme la batería o tener que encender el motor y tragarme la gasolina, sangre de la van. 

Junior María está feliz bañándose en la primera buena lluvia de nuestra temporada, con rayos y truenos y en la privacidad de la luna nueva. ¡Qué dicha que llueve, porque estaba muy sucio!

Se mete el agua por el empaque arriba en el centro de la puerta principal. Es mejor abrir las cortinas para que caigan las gotas en la grada negra y no en las cortinas que después mojan la madera. 

Afuera hay una laguna, las chanclas se fueron flotando y todavía sigue lloviendo y tronando. 

Ahhhh =), qué delicia para dormir.

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