Trueque

9/5/19

Anoche los vecinos me invitaron a comer en la mesita plegable frente a su van y la pasamos muy bonito. Me parece que son una pareja de titanes por andar viajando tanto tiempo en una van de techo bajo; adentro solo pueden estar hincados. Igual la van es un chuzo y la tienen muy mística por dentro llena de mantas con símbolos y tiene vibra de esas casas de adivinadoras de fortuna. Me cuentan que la van se llama Sandy, y buen nombre, puesto que está tan llena de arena que no hay que ni salir para sentirse en la playa… Al mismo tiempo me recuerda el palacio que es Junior María.

No sé qué comimos pero estaba rico y había mucho. Era algún plato vegetariano que había que terminarse antes de que cayera la noche (la base era cous cous creo). Había que comer temprano y vegetariano porque mis vecinos acababan de leer un libro sobre cómo curarse con la comida. Me cuentan que hasta hace poco eran tremendos fiesteros de rave loquísimas entonces tienen mucho que curar. Creo que van por buen camino. Ya me siento mejor yo también; tenía una sensación fea en la panza, pero se me quitó, tal vez era hambre nada más… Antes de irme a mi propia van a dormir quedamos en un trueque de yoga en la mañana a cambio de algún tesoro de los que ellos recolectan y venden por el mundo. 

—Hoy.

Me levanto temprano y busco un lugar relativamente plano y sombreado para la práctica del yoga. Estoy sentado en un block de arena cuando escucho que se abren las puertas de su van y llegan los vecis Martin y Justine. Compartimos una gloriosa práctica en el puro paraíso sobre la arena rodeados de mar, cielo y naturaleza. Terminamos todos muy contentos pues logramos despojarnos de por lo menos algunas cositas que andábamos arrastrando atravesadas a nuestra felicidad. Al finalizar me entregan a cambio un perfume concentrado Pakistaní que huele muy rico. ¡Qué buena forma de empezar el día! 

*Nota: No puedo poner cosas muy cerca de la puerta por dentro en la cocina de Jr. María. Al cerrar la puerta principal algo sonó horrible y al abrir vi lo que había pasado… se me dobló todo el chorreador de café, ¡pero por dicha es de esos de alambre y ya lo arreglé!

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