Ni un paso fuera de El Camino 

A veces tengo suerte y lo veo claramente, como una luz imposible de perder. Me parece tan obvio y eterno que me confío y de repente, en algún momento me distraigo y lo pierdo nuevamente… otra vez la desoladora oscuridad, sin idea de dónde quedó El Camino Dorado. 

Estar perdido me obliga a buscar con más ganas, y la profundidad de esas mismas tinieblas me permite (una vez que los ojos del alma se han ajustado) ver las luces más tenues. Luces que antes no veía. 

Hay luz escondida en el centro de la gente, y de mí mismo. 

He encontrado tantas sorpresas en lugares inesperados. Claridad que brota de lo oscuro. He sufrido tanto sin sentido, pensando que me he salido de El Camino… He sido tan ciego, a los regalos de la vida… 

Cada vez que me he perdido, me he encontrado con más fuerza. 

La noche hace brillar el día. 

El camino no siempre se verá dorado; pero que no deslumbre no significa que se ha acabado…

Más allá del miedo, está la vida.

¡Bon voyage mis estimados!











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